lunes, 7 de julio de 2025

Kurten - Capítulo 13

COPYRIGHTED Daniel Fernando Bonfiglioli

DNI 21.898.454


Kurten llegó a la base de la montaña de Kroleon caminando a paso fuerte y veloz. Krilea alcanzó a suspirar con un balbuceo débil: "Por fin amor, estás aquí", y se desmayó. A pesar de ello, había alcanzado a sentir la presencia del Rey, su esposo.

Kurten encontró una grieta para bajar al Golfo de la tierra media, el Golfo de Krilea. Como no era grande la abertura pensó como habría hecho la Reina para bajar ahí, apurado por descender en la corteza de la tierra para rescatarla lo antes posible.

No podía presentirla y bajó por un pasadizo pequeño dónde apenas pasaba un hombre común. Como Kurten era bastante ancho de hombros, le dio trabajo ingresar a esa especie de túnel natural.

DANIEL BONFI

Bendiciones bendíceme bendícenos. Amén.

En el nombre del Padre. Amén.


miércoles, 25 de junio de 2025

Kurten - Capítulo 12

COPYRIGHTED Daniel Bonfiglioli

DNI 21.898.454


El Expreso Sierras de Kroleon iba por la carretera rápido aunque prudente. Kurten estaba sentado en el asiento de cuero número 16. El viaje transcurría con tranquilidad mientras leía en esa tarde temprano de sol verdeamaril y avanzaba tranquilo por la ruta asfaltada. Entre página y página, él levantaba la vista para mirar a través de las ventanas impecables con apenas un poco de polvillo.

Las sierras y la montaña de Kroleon se veían ya nítidas en el horizonte interrumpido por las rocas, arenisca y el pico máximo de la montaña. Es posible que el Golfo de Krilea se encontrara debajo de la base de Kroleon por referencia a todo lo elevado de la tierra en dicho pico vaciando la tierra en la misma proporción para abajo.

DANIEL BONFI

Bendiciones, bendíceme, bendícenos. Amén.

En el nombre del Padre. Amén.


viernes, 13 de junio de 2025

Kurten - Capitulo 11

COPYRIGHTED Daniel Bonfiglioli

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Kurten, luego de presentir a Krilea, y verla con sus dones, se dirigió al ayuntamiento para conseguir el libro "Viaje al Centro de la Tierra" de Julio Verne. En su mochila sólo quedaba lugar para dos libros más.

Leyendo el libro en la cantina pudo notar que el Golfo de Krilea era subterráneo, pero no coincidía el ingreso a esa tierra media, en el libro recién comprado.

No obstante recordó y pudo visualizar otra vez que había una grieta en la base de la montaña de Kroleon

Según sus deducciones esa grieta estaba a doscientos cincuenta kilómetros.

Decidió viajar en el Expreso Sierras de Kroleon. "Voy por ti, Krilea" balbuceó Kurten con emoción.


DANIEL BONFI

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Bendiciones, bendiceme, bendicenos. Amén.

En el nombre del Padre. Amén

lunes, 26 de mayo de 2025

Kurten - Intermedio

Me reservo todos los derechos C R y T.M.


Krilea estaba casi inerte. No estaba en el Golfo de Alcántara. Estaba como en un golfo pero había como un techo de piedra y una escasa lengueta de arena. 

Lo llamó el Golfo de Krilea y con desesperación trata de sentir a Kurten. 

Por su parte, en la terminal de Alcántara, él se puso inseguro y al rato, ya casi desesperado, porque no podía escuchar a krilea.  


Daniel Bonfi

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BENDICIONES BENDÍCEME BENDÍCENOS, AMÉN.

EN EL NOMBRE DEL PADRE. AMÉN.



viernes, 28 de marzo de 2025

Kurten Capítulo 10

Daniel Bonfi Copyrighted DNI 21.898.454


Al fin transcurridos diez minutos llegaron a Jalea. Dio dos pitidos, aflojó la presión y detuvo la combustión para que el tren frenara.

Kurten saltó a la tierra y elevó la voz: "¿cuánto tardaré en encontrar el camino a el Golfo de Alcántara, Sr maquinista?" "dos a tres días caminando, o un día si combina caminata con el Expreso Ciudadela".

"Muchas gracias señor piloto, nunca lo olvidaré a Usted".

Kurten empezó a caminar. Antes de hacerlo se cambió el calzado por uno más cómodo. El Golfo quedaba hacia el noreste y el Expreso lo podría tomar en Ciudadela después de caminar veintitrés horas en esa dirección.

Caminaba y veía a Krilea como quién ve una alucinación. Van ya tres horas ya avanzando y no se cruzó con nadie. Ni transeúntes, ni camiones ni automóviles. Estaba en la gran nada avanzando en una huella de tierra ancha como un automóvil, y yuyales a donde mirara a los costados del camino.

Cuatro kilómetros más y se detuvo en un puesto a tomar agua. Por suerte lo invitaron con una hogaza de pan. El hambre y el apetito eran voraces.

Luego de diez kilómetros escuchó un motor potente que se acercaba. Se detuvo su conductor y ofreció llevarlo a Ciudadela. Robusto, ágil y veloz el Fusca llevó a Kurten hasta la parada dónde ya había tres personas esperando por el Expreso Ciudadela.

El transporte llegó dos horas después y subieron cuatro pasajeros incluyendo a Kurten. En una hora cincuenta llegaron a la terminal de Alcántara.


Daniel Bonfi

Bendiciones, bendíceme, bendícenos. Amén.

En el nombre del Padre. Amén.

Kurten Capítulo 9

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Ya a una hora de Jalea, Kurten estaba inquieto por Krilea. A pesar de eso y su inquietud, se durmió en la butaca del piloto que estaba desocupada porque éste gustaba de conducir el tren de pie.

Kurten entró en un sueño profundo y alborotada actividad onírica. El piloto lo miró inquieto, notando que su compañero de viaje estaba perturbado y aún dormido liberaba de su mente palabras sueltas. No lo despertó.

"Krileaaa" respiró intranquilo moviendo su cabeza de un lado a otro. "¿dónde estamos?" "Kri, dónde estamos" "Por favor, responde, ¿dóndeee?" Cada vez más inquieto vio entre sueños que Krilea se desvanecía, y sentía perecer en el suelo de arena de la Isla Griega. Se transportó en sueños hasta ahí y despertó brusco. Krilea no estaba ahí. "Ahjjj" ´por fin, piloto, "¿cuánto falta a Jalea?"; "diez minutos" contestó el maquinista.

Kurten intentó relajarse tomando un trago de agua de su cantimplora cubierta en felpa verde, mientras volvía en si.


Daniel Bonfi

Bendiciones, bendíceme, bendícenos. Amén.

En el nombre del Padre. Amén. Amén.

domingo, 16 de marzo de 2025

Kurten Capítulo 8

Daniel Bonfi Copyrighted DNI 21.898.454


Kurten despertó tranquilo y pensativo. Extrañaba a su esposa Krilea. Desayunó una tabla de quesos con pan de campo.

Cinco minutos después del almuerzo con los obreros y el servicio de los vajilleros, se levantaron los cuatro y se estrecharon las manos con gesto masculino y le desearon buen viaje y salud. El tren ya estaba casi partiendo para Jalea.

Salió humo, sonó el motor, luego el pitido y emprendieron la marcha por un paisaje pedregoso.

Kurten que viajaba en la cabina con el maquinista inundados por el sudor del carbón. estaba asombrado del desértico aspecto del primer tramo del viaje, lleno de grava en dirección cualesquiera.

Un nuevo pitido para descongestionar el motor de combustión y a toda máquina.

El piloto hablaba poco y Kurten pensaba en Krilea. Transcurrieron tres horas así mientras avanzaban en el camino.

"En dos horas llegaremos a Jalea, señor Kurten". "Okay" respondió él, sorprendido de lo rápido que pasaba el tiempo pensando en Krilea.

Aún le faltaba aclarar porqué estaba en la isla griega que ya había dejado atrás y porqué se había separado de Krilea.


Daniel Bonfi

Bendiciones, bendíceme, bendícenos. Amén.

En el nombre del Padre. Amén, Amén.

viernes, 7 de marzo de 2025

Kurten Capítulo 7

Daniel Bonfi Copyrighted DNI 21.898.454


Kurten bajó del camión y admiró la proeza que acababan de hacer los tres camiones que trasladaban cada uno la máquina y los vagones del tren.

Se acercó una grúa de pala, muy robusta con un motor potente y ensordecedor. Con cuidado levantó e introdujo las palas en los correspondientes rieles de la base que sirvió de anclaje a la máquina. La grúa levantó con esfuerzo y cuidado y yendo marcha atrás cruzó la vía y se detuvo para colocar la locomotora de modo que consiga deslizarse a los rieles en una última etapa. Cometido que cumplió con creces una grúa de gancho.

Repitieron esto con los dos vagones terminando a las horas del mediodía. Los obreros invitaron a comer, un asado con papas fritas, a Kurten.

Él almorzó con mucho apetito y lo único que repitió es un chorizo parrillero. La carne fue corte americano y bifes de cuadril.

"El tren, va a partir mañana por la tarde, ¿verdad?" preguntó Kurten a los vajilleros.

"Así es" le respondieron. "Acá en En el Paso, se viaja con el estómago llenito luego de almorzar" agregaron los vajilleros.

A la tarde, ya en una cabaña, Kurten se dio una ducha de agua fría y luego merendó galletitotes de miel. Mientras miró la televisión recordando su niñez, sintonizando la película de Heidi.  La cena quedaron con los obreros, en compartir unos Snaks y pizas especiales con jamón crudo y queso.

A la hora de dormir, hojeó un poco Asesinato en el Orient Express, y se durmió con la esperanza de que no le pasara lo mismo, en un estado casi paranoico.

Daniel Bonfi

Bendiciones bendíceme, bendícenos. Amén.

En el nombre del Padre. Amén.


viernes, 28 de febrero de 2025

Kurten - Capítulo 6

Daniel Bonfi Copyrighted DNI 21.898.454

Ya en cubierta, en un amanecer claro de alba cristalina y cierto brillo, el barco de carga inició el aparcamiento en el muelle costero de la localidad de Palacete y sus trescientos noventa mil habitantes. 

Algunos marinos bajaron a tierra firme, y los demás quedaron a bordo para ayudar a la grúa que iban a utilizar para llevar a tierra en el playón, a los vagones del tren y su máquina a carbón.

Kurten miraba asombrado el procedimiento y decidió quedarse en el muelle con el pedido de permanecer ahí, como así también agradecido por el transporte y rescate de aquél mar donde casi pierde la vida.

"Kurten, nos vemos en el golfo de Alcántara", sonó Krilea como un paraíso. Él, entusiasmado dijo sí con el corazón.

"Señor Kurten; nos acompaña por favor en el camión que llevaremos el tren a sus vías y pueda circular seguro" dijo el transportista. "Ya se va a poner bien, señor; ya lo verá" agregó el ayudante.

Kurten se acurrucó en el asiento del camión y durmió los cuarenta kilómetros de viaje a la estación de trenes.

Cuando se estacionó el camión, él despertó. "Estamos en destino" anunció el transportista al ayudante que dormía en la parte posterior de la cabina.

Daniel Bonfi

Bendiciones, bendíceme, bendícenos. Amén.

En el nombre del Padre. Amén.


viernes, 21 de febrero de 2025

Kurten Capítulo 5

Daniel Bonfi Copyrighted

DNI 21.898.454.


"Cálmese, todo está bien", habló con voz cadenciosa el Capitán. Hizo luego una seña a la vez, a sus marinos. El barco de carga reanudó la marcha en el mar.

Kurten, contenido y agotado, se durmió.

Entre las cargas había una máquina de tren y dos vagones. Lo demás eran chucherías, como relojes de bolsillo, Algunos paquetes con trajes de Frac, cargamentos con lana y un container con paquetes de carbón.

Kurten, cuando despertó miró el camarote dónde estaba y notó que sobre la mesa de luz había un libro: La vuelta al Mundo en 80 días, de Julio Verne.

Krilea susurró al oído de su esposo "Vamos amor, por favor vuelve a mí" y le dejó a él la sensación de recibir de ella un beso.

En cubierta  mientras él caminaba entre los container, como si estuviese en un paseo en puestos de artesanos, lo alcanzó el Capitán para caminar y hablar a Kurten.

"¿Le llaman la atención los trenes, verdad?" preguntó el Capitán.

"Sí, en realidad añoro épocas de sumergirme a leer libros como los de Verne y Asesinato en el Orient Express, de Agatha Cristie.

"Ah, comprendo; qué divertido leer aventuras" agregó el Capitán.

Mañana al amanecer tocaremos tierra. Debemos descargar la máquina de tren con sus dos vagones.


Daniel Bonfi

viernes, 14 de febrero de 2025

Kurten Capítulo 4

Daniel Bonfi C R T.M.

DNI 21.898.454


Kurten a los gritos y de pie en su precaria balsa agitó sus brazos extendiéndolos a los lados y a lo alto de su cuerpo enjuto. Estaba tratando de llamar la atención del barco de carga, en ese instante donde corría riesgo su vida.

 "Tranquilo Kurten, ya vienen por ti" Sonó tranquila Krilea.

"Hombre a la vistaaaa!" reventó sus pulmones un grumete de a bordo, tratando y logrando la atención de los demás marineros. "Bajen nuestro bote" ordenó el Capitán del GREATSHIP.

Kurten se sintió honrado por el gesto del marino del bote que le extendió sus brazos y con su fuerza lo pasó al bote. "Las herramientas déjelas en mi precaria balsa, tal vez la corriente de agua las devuelva a la isla" pidió Kurten.

Una comitiva lo recibió a él en cubierta a estribor. Un médico, una enfermera, el Capitán y dos encargados de a bordo.

Kurten, ya sentado y tranquilo, su sed satisfecha por un botellón de agua. confesó llorando que todavía no sabía que hacía ahí.


Daniel Bonfi

Bendiciones, bendíceme, bendícenos. Amén.

En el nombre del Padre. Amén.

miércoles, 12 de febrero de 2025

De "Narrativa espontánea" a "MiniThriller"

Le estoy dando a mi blog un homenaje dado que al fin es danielbonfiENBORRADOR.

Como lo expresé es un BORRADOR mi narrativa espontánea con respecto al nuevo relato donde estoy innovando. Después de tantos años de escribir textos literarios como La Habitación Deshabitada o aventuras juveniles como Marti Soles y poesías como Himnos de Romance, es difícil abordar un género nuevo para mí. Kurten es un relato corto que posiblemente sea un "Minithriller".

La experiencia dado que soy autodidacta en esto, dará el visto bueno. 

Hace del 2010/2011 que no escribía en entregas semanales; desde El Tío Ruperto.

Daniel Bonfi

Bendiciones, bendíceme, bendícenos. Amén.

En el nombre del Padre. Amén.

viernes, 7 de febrero de 2025

Kurten Capítulo 3

Kurten pensó nervioso en subir a alguna ladera de las montañas más cerca de la playa. El motivo era el tronar y una nube de cenizas por la erupción del volcán en el centro de la isla. Tenía miedo de perder sus herramientas.

Se puso rápido a construir una balsa con troncos del lugar que cortó con el hacha y los ahuecó de modo experto como si hubiese estado años haciendo eso. Cortó tres troncos y los unió uno al lado del otro con lianas abundantes colgadas de los árboles del lugar.

Empezó a cargar sus herramientas en la balsa empezando por el hacha, los martillos, la pinza, la azada, la prensa,  el destornillador, la tenaza, la masa y la sierra. También el serrucho.

Arrastró los troncos con las herramientas arriba hasta adentro del mar que bañaba la playa, El agua le llegaba al pecho cuando la balsa empezó a flotar. Se trepó a la misma y en ese instante detonó el volcán. El tronar desde las fauces de la isla advirtió el principio del desborde de lava. Ésta arrasó con todo. Llegó hasta la unión de bosque y playa y volvió la paz al lugar.

Kurten sobresaltado flotaba sin rumbo en el océano. Notó otra vez la presencia de Krilea y advirtió que había un buque de carga mar adentro. Al parecer los marineros habían notado su presencia y su desgracia.

Daniel Bonfi

DNI 21.898.454

Sigue el próximo viernes

Amén.

viernes, 31 de enero de 2025

Kurten - Capítulo 2

 Kurten sale del letargo, suspira y el libro ya no está ahí. En su lugar hay distintas herramientas desparramadas con prolijidad alrededor de él. Había dos martillos, uno normal y otro combinado con un hacha de pequeño tamaño, proporcional al martillo. Su mango era de madera de balsa.

Había un destornillador de metal fundido, una pinza de mango de plástico rugoso para que no resbale. Una tenaza para sacar clavos. Una masa y una prensa de hierro llamada también morsa para ajustar piezas y moldearlas con una sierra y martillo. La sierra tenía diez hojas de repuesto. También había un serrucho.

Kurten se sentía contenido por la presencia suave y de aroma a rosas, de Krilea. Aroma a rosas rojas aterciopeladas que estaban creciendo en la circunferencia dónde Kurten tendría que construir su refugio. La presencia de Krilea hacía que Kurten tuviera iluminación para enfrentar cualquier contrariedad.

También había entre sus enseres una pala, un rastrillo, una asada y un hacha grande y fuerte fabricada en acero.

Kurten se dijo manos a  la obra. Trazó el contorno de los cimientos cavando con la pala. Seguido, cortó troncos con el serrucho. Fijó los pilotes de troncos serruchados a medida, y se puso a cortar maderas rectangulares para deslizarla en los rieles de los troncos ajustando perfectas las tablillas adaptadas para construir las paredes. El refugio tendría sólo tres paredes. La parte que miraba al océano, decidió dejarla como galería con vista al mar. Al fin y al cabo la temperatura era media, ni frío, ni calor.


Sigue el próximo viernes con el capítulo 3

Kurten pensó


Daniel Bonfi

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Bendiciones, bendíceme, bendícenos. Amén.

En el nombre del Padre. Amén.

viernes, 24 de enero de 2025

Kurten

Daniel Bonfi Copyrighted C R T.M.

DNI 21.898.454

3 de diciembre de 2024

Hora: 10:37 a.m. ARGENTINA aproximadamente

 

 Kurten estaba solo. La playa es inmensa, y no sabía como había llegado ahí.

No había indicios de naufragio, ni de avión caído.

Apenas recordaba quién era.

Tiene un reloj cuarzo que lo veía como algo raro; y un libro muy conveniente: Robinson Crusoe.

Con el clima favorable Kurten no sentía temor. La isla parecía tranquila. Más allá de la inmensa playa había una forestación y en el medio del terreno una montaña o tal vez un volcán.

 

En la orilla con el mar subiendo la arena estaba el cuerpo de Kurten muriendo y volviendo a vivir con intervalos de cinco minutos. Oyó la voz que lo hace regresar.

   Kurten, Soy Dios.

 

Kurten ya había muerto  diez veces, y siempre volvía sin saber dónde estaba y de dónde venía.

Murió por décima primera vez y entonces una larga bocanada de aire respiró desde sus pulmones.

El tono de la piel volvió a ponerse terso y saludable.

Se sentó en la arena y miró su reloj cuarzo. Notó que no había fecha ni hora en el cuadrante. En su lugar había unos caracteres en un dialecto antiguo que decía el Rey ha vuelto. En ese instante se desvaneció el reloj como si hubiera muerto el tiempo. A pesar de ello siente vitalidad.

 

Se levantó del suelo, estiró sus brazos y sus piernas subiendo la cadera hacia arriba tonificando sus muslos y sus pantorrillas

Estaba feliz de vivir. El mensaje del cuarzo lo había hecho rejuvenecer.

Por ahora sólo recordaba su nombre y el de Krilea. Sentirse Rey era suficiente.

Krilea y Kurten vivieron en un tiempo anterior a las pirámides.

 

Kurten mira con amor los ojos de Krilea, reflejados en su interior. Ya incorporado se emocionó al verla.

Preguntó ¿dónde estamos? En la isla Griega. Preguntó ¿cómo llegamos aquí? Inexplicable por ahora. Y preguntó ¿hay gente en el lugar? No.

Kurten es Vampirer y Krilea también. Una raza especial de vampiros, respetuosos de la vida de los demás y la propia.

Estos Vampirer tenían el don, cuando estaban enamorados, de percibir a su pareja a distancia por medio de telepatía e hipertimnesia.

Mediante la telepatía podían hablar  y sentirse a mucha distancia, casi de punta a punta de la tierra. También tenían el don de materializarse dónde hiciera falta si su pareja estaba en peligro. Y con la hipertimnesia podían recordar y examinar cualquier vivencia o situación del pasado, próximo y no tanto, para actuar con sabiduría.

Kurten y Krilea vivían en otra tierra con nueve liderandos y un mago blanco llamado Vakro, de la tercera generación de chosnos.

Kurten ya no está solo. Se siente aliviado de estar con Krilea.

Ella preocupada se materializó desde cuatrocientos kilómetros de distancia ni bien sintió escalofríos y una sensación de que algo andaba mal, con una inquietud nerviosa en su abdomen y sus piernas.

El problema era grave porque Krilea sólo sabía manifestarse por cuarenta y ocho horas.

El agravante es que los dos estaban físicamente lejos y ni Krilea, ni Kurten se sienten seguros, a pesar de conocer la ubicación geográfica exacta donde Kurten estaba.

Él lee Robinson Crusoe en busca de consejos para sobrevivir. Krilea mientras tanto lo contiene acurrucándose en su hombro.

  

Sigue…