Kurten pensó nervioso en subir a alguna ladera de las montañas más cerca de la playa. El motivo era el tronar y una nube de cenizas por la erupción del volcán en el centro de la isla. Tenía miedo de perder sus herramientas.
Se puso rápido a construir una balsa con troncos del lugar que cortó con el hacha y los ahuecó de modo experto como si hubiese estado años haciendo eso. Cortó tres troncos y los unió uno al lado del otro con lianas abundantes colgadas de los árboles del lugar.
Empezó a cargar sus herramientas en la balsa empezando por el hacha, los martillos, la pinza, la azada, la prensa, el destornillador, la tenaza, la masa y la sierra. También el serrucho.
Arrastró los troncos con las herramientas arriba hasta adentro del mar que bañaba la playa, El agua le llegaba al pecho cuando la balsa empezó a flotar. Se trepó a la misma y en ese instante detonó el volcán. El tronar desde las fauces de la isla advirtió el principio del desborde de lava. Ésta arrasó con todo. Llegó hasta la unión de bosque y playa y volvió la paz al lugar.
Kurten sobresaltado flotaba sin rumbo en el océano. Notó otra vez la presencia de Krilea y advirtió que había un buque de carga mar adentro. Al parecer los marineros habían notado su presencia y su desgracia.
Daniel Bonfi
DNI 21.898.454
Sigue el próximo viernes
Amén.
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