domingo, 23 de julio de 2023

Lejos y Cerca


Hay una cosa que puede estar lejos y cerca a la vez. Cuando la distancia te separa de ella y todo parece inalcanzable, si miras en la profundidad, puede estar ahí, muy cerca tuyo.

Cuando está cerca tuyo puede darse la ironía de que lo sientas muy lejano, pero recuerda, ahí está, contigo.

Cuando lo recuerdes, aunque hayan pasado años, y creas que está lejos, dejará de estarlo, para acercárcete.

Cuando lo vivas, y creas que se aleja de tí, es porque lo tienes muy cerca, y no sabes darle vida y nutrirlo.

Si lo pierdes, creerás que se alejo para siempre de ti, pero si miras a tu alrededor, descubrirás que aún permanece rondándote, cerca tuyo.

Si lo ganas, te sentirás felíz y pleno, pero recuerda que debes respetarlo, sino, podría alejarse de tí, y dejarte su profunda huella.

Según como lo recuerdes, si es que ahora lo sientes lejos, podrá estar muy cerca, y si es que ahora lo sientes cerca, podrá estar muy lejos.

Según como lo vivas y lo compartas, puedes sentirlo más cerca que lejos, o más lejos que cerca.

Según como lo conquistes te sentirás digno de tenerlo cerca, o culpable de tenerlo lejos.

Yo lo tuve cerca mío, pero a la vez lo tuve muy lejano.

Cuando lo tuve muy lejano, y lo recordé volví a sentirlo.

Cuando lo viví, tuve la experiencia de perderlo, se alejó de mí, cuando fue el momento que más cerca pudo estar. Tal vez no lo nutrí.

Cuando lo perdí, creí que siempre iba a estar lejos de mí, pero observando descubrí, que aún permanecía cerca mío, aunque de otras formas. No obstante, allí estaba: rondándome.

No llegué a ganarlo, de la forma que deseaba, pero tal vez lo hice, y no lo advertí.

Cuando lo recuerdo, siempre siento su presencia. A veces, ni hace falta recordarlo. El sólo vuelve y habita en mí.

Cuando lo compartía lo sentía más cerca que lejos, y a la vez más lejos que cerca.

Pero al fin comprendí, que el no cambia nunca. Sólo sus objetos. Pero el permanece allí, en la profundidad de tu ser. Puede estar más cerca o más lejos, pero siempre podrá alejarse o acercarse.

No te desalientes, ni cuando esté lejos, ni cuando esté cerca, de una u otra forma siempre recibirás y darás amor.


domingo, 16 de julio de 2023

El club de los pequeniños

 Martina era feliz en su cocina, ya era un hecho para todos que sería cocinera profesional. En sociedad con Agu y Flopi iban a abrir su primer restaurante. Fundaron el comedor “El Club de los Pequeniños” en Diciembre, unos días antes de Navidad. Cocinaban ricas hamburguesas preparadas con pan de sésamo, mayonesa, lechuga, tomate, una hamburguesa con queso derretido y un omelet encima, antes de la tapa de pan de arriba. A los niños les salía esa comida exquisita. Era la preferida por todos en el Club.

Martina un día decidió innovar en sus recetas basando su inquietud en que los niños deben comer de todo, probar cualquier tipo de alimentos y alimentarse con verduras y lácteos a parte de carnes y pan.

Cuando Martina cortaba los pimientos y éstos despedían su característico olor, lo hacía delante de sus niños clientes para que apreciaran en conjunto las cualidades de su cocina. Ponía en una sartén zanahorias cortadas en rodajas sobre el cuenco untado en aceite de oliva. Luego agregaba los pimientos en finas y delicadas tiritas, cebolla en juliana y a deleitarse con la comida luego de unos minutos. Los chicos la aceptaron de buen grado a la receta. Les apetecía descubrir nuevos gustos, jugar con las texturas, los colores y la combinación de sabores.

Agu y Flopi colaboraban ambos muy entusiasmados para descubrir como cocinar y probar nuevas recetas.

Llegó el día del niño y había uno de los clientes, un pequeño que nunca quería comer otra cosa que no fuera hamburguesa, y entonces Martina, la cocinera a cargo del restaurante, le propuso como regalo, a parte de los juguetes, una degustación de comidas variadas. Verduras al horno por un lado y pollo asado con salsa de hongos por el otro. Las verduras que puso al horno eran zanahorias, papas y calabacín cortados en finas rodajas. Quedó todo muy rico y bien cocido, y como el niño presenció todo el proceso de cocción se entusiasmó, decidió probar y le encantó. Fue muy agradecido con Martina y le dio un abrazo y prometió comer de todo de ahora en adelante. Le aseguró que nunca pensó que fueran tan ricas las verduras y las distintas salsas, como la de hongos del pollo.

Martina, Agu y Flopi estaban felices con su emprendimiento y siguieron adelante con la premisa que cualquier niño puede disfrutar todos los sabores de la cocina y alimentarse de ese modo muy bien.


Bendiciones, bendíceme, bendícenos. Amén.

En el nombre del Padre. Amén.